Con nombre y apellido... el tuyo...

Tú eres la diferencia entre una mujer y mi mujer,

La diferencia ente un beso más y la pasión de tus labios,

La diferencia de pasar a ser una dama a una musa,

Tus eres la diferencia mi querida compañera.

Un sentimiento caliente, preocupado, ardiente,

Una bandera clavada en mi pecho con tu nombre,

Un cielo sin nubes donde volar el de tu vida joven.

Por eso vivo encadenado a tus pies y manos cada día,

Cada amanecer en mi condena escrita por tu pluma,

Cada latido sincero de represión por tu huella en mí,

Por tus noches de luz verde de tus ojos yo muero.

Madurez.

El anochecer de la inocencia,

La comprensión de las estrella,

El remordimiento de la tierra,

La compañera de la crítica.

El fin del miedo humano,

La creación de la propia sencillez,

El cuchillo del profesor,

La sensatez del diablo bueno,

La escalera de un bohemio,

Con escalones de marfil roto,

Los descalzos pasos de la juventud.

Y la cena fría de los sabios,

El escribirte estos versos en tu ausencia,

Aunque ni los sabios saben de tu muerte,

Ni el porque no te quiere el hombre,

Me darás tus versos de arena en sangre.

Y es que la madurez es el techo de la vida,

Madurez es un océano de la filosofía,

Que su luz viene a morir a mis orillas,

Junto al silencio, la soledad y la locura.

Princesa.

Entre la oscuridad de mi ventana y la luna,

Me enseñaste tus verdades de dama divina,

Son algo más lo tuyo que oscuros lamentos,

Son mi pecho contra un barranco de pensamientos.

Barranco que si caes pierdes toda locura sincera,

Locura que mantiene un corazón de vino con sabor,

Mientras espera sentada se despide de la cordura,

Con  un trueno sin una gota de agua del cielo.

Y en mi despertad de angustias suena tu llanto,

Que con el brillo de mis luceros borrare de los tuyos,

Para que vuelvas a amanecer en ese mundo de primavera,

Mundo creado de nuestras noches oscuras en mi ventana.

Espero un abismo de luz,

Luz de tus ojos que alumbran mi calle,

Calle donde te llevaste mi alma,

Alma que robe de tu cuerpo,

Cuerpo que es el suelo de mi locura,

Locura la de las noches de besos eternos,

Eternos llegaremos juntos a inmortal,

Inmortal de cristal eres como la luna.

A sin que ya sabes que ;

Espero
La luz 
En mi calle

Con mi alma

Sin cuerpo

 A nuestra locura bendita

Con nuestro amor eterno

Que es inmortal como las noches de la luna. 

El Infierno.

Tu ausencia es el cielo y tú presencia mi infierno,

El infierno de tu lengua ardiente que me provoca,

El apocalipsis  de mis sentimientos y mi corazón,

La locura de tus sabanas mojadas de cristal.

El infierno es el descanso del hombre,

El paraíso de las almas vacías,

La casa de la alegría de la soledad,

La muerte del hambre de la riqueza,

Y en el infierno arderán nuestros cuerpos,

Fundidos en la lava de lujuria prohibida,

Con nuestros ojos vendados seré esclavo,

De la sombra del tornado de tu pelo

Si ese es mi infierno venderé mi alma a su dueño,

Pero a ti te regalare mi corazón desplomado en sangre,

Para que lo despeches a tu atojo de mi cuerpo,

A cambio déjame el calor de nuestros pecados.

tubo que ser poeta.

 

Tubo que ser poeta quien creo la primavera,

Tubo que ser poeta el que invento el mar,

Tubo que ser poeta quien fabrico la luna,

Tubo que ser poeta el que dibujo la vida.

Pero quien seria mi dama tu creador,

Quien creo esta figura tan perfecta,

Que es la luz de tus ojos verdes,

Hasta tu sombra tiene envidia de ti,

El poeta de tus labios de caramelo,

El perfumista de tu olor a jazmín,

El pintor de tu piel de canela,

El músico de tu voz de sirena,

Que gran Zeus fue aquel artesano,

Que fundió tu cuerpo en el barro

Y te dio vida de diosa mortal,

Para conmigo compartir besos de inmortal.

La rosa de mi jardin.

En el jardín de mi vida hay una flor a la derecha de la puerta,
Esa flor es un rosa que por las mañanas brilla su belleza con el sol,
Ella es la flor que cuida de el resto del jardín de mi vida,
Es capaz de darle agua de la suya a la flor que le falte.
 
Y si mi jardín tiene esa alegría a mi despertar es por esa flor,
Que planto mi semilla y cuando naci la flor la rego, crió y quiso,
Ella me dio su sabia en mis venas y me enseño a afilar mis espinas,
Como ella las suyas de su tallo para ser valiente y luchadora,
 
Pero de un tiempo acá su color esta cambiando,
Y por más que la riego cada luna con mi corazón,
Su color no es el rojo no contiene la pasión de antes,
Porque sus hojas se están volviendo negras y su tallo marrón.
 
Se que la soledad de su tierra cada noche se llena de penurias
y de humo que no dejan colorear tus hojas de magenta,
Cuando eso suceda y tu tallo se vuelva verde y fuerte, 
Volverá la alegría a mi jardín… mientras seguirá la sombra.

 

Verano.

Cuando el sol se acuesta en las sabanas del mar,

Mientras la luna se despierta de las raíces de la tierra,

Las barquillas se sienten observadas por los dos,

Mientras la tierra se rellena de dorado.

Cuando los patios de flores de la primavera pasada

Rebosan de almas en liberta correteando,

Las calles son recorridas por un ambiente de agonía

Y las noches por un mar de lujuria en la playa.

Cuando todo empezaba algo mas que eso me llamaba,

Como la fuerza de un potro que crece con el paso de los días

También crecía  noche tras noche con más fuerza cada vez,

La fuerza de tus manos de ángel al besarme con tus labios.

Cuando tu blanca alma me busco y encontró,

Mi negra alma cambiaste con tu aliento,

En el momento meno esperado llegaste,

Ese no es mi relato del verano… sino del nuestro.